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Sin excusas, sin miedo, ¡actúa!

Crecer como persona está en tus manos

Tu puedes gestionar tu propia vida para logralo.

Disfruta plenamente de tu vida afectiva

Impulsa tu vida hacia adelante.

Consigue ser feliz y hacer felices a los que te rodean

Disfrutando al máximo lo que tienes dentro de ti.

Puedes superar todas tus limitaciones

Derribando todas las barreras.

Bienvenid@ a este tu espacio donde hallarás respuesta a tus inquietudes

Con una fuerte vocación de AYUDA a las personas que lo necesitan, nace AYUDA-TE Psicología, un espacio diferente y único donde lo que importa son las personas. Mejorar tu vida y tu bienestar es muy importante, para ello, puedes consultar toda información que te ofrecemos y, si lo necesitas, puedes contar con apoyo personal profesional especializado para conseguir tus propósitos, mejorar tu equilibrio y tu calidad de vida.

Ofrecemos una amplia gama de soluciones a tus necesidades personales, de pareja y profesionales a través de diferentes vias de contacto. Empieza hoy a ayudarte, cuenta con nosotros..

jueves, 16 de junio de 2016

¡Escúchame! Te estoy hablando…


¡Escúchame! Te estoy hablando…


La práctica de la “Escucha Activa” es una herramienta eficaz de comunicación que ayuda a mejorar las relaciones interpersonales.

            “Pedro mira hacia otro lugar mientras Ana intenta explicarle un problema que le ha surgido en el trabajo, a la par que ésta  va siguiendo sus pasos e intentando comunicarse sin que este la mire y le conteste de alguna forma…”   “Mientras Rocío le habla a su amiga Carmen, ésta la interrumpe continuamente para contarle cosas que en ese momento desea, sin tener en cuenta que su turno no es ese, y que evidentemente escuchando a su amiga no está…”

Estos podrían ser dos ejemplos reales de problemas de comunicación habituales donde no se está haciendo uso correcto de una escucha activa. Pensemos que no es lo mismo “oír” que “escuchar concientemente”, oímos constantemente pero, ¿realmente estamos prestando atención, nos estamos interesando por el mensaje que se nos está enviando, queremos escuchar y dedicar tiempo a procesar e interpretar eso que nos está transmitiendo nuestro interlocutor?

Las respuestas a estas preguntas no podrán hacer reflexionar sobre la importancia de hacerlo de forma adecuada, ya que nos ayudará a:

  • Informarnos mejor mostrando que nos interesa o no, lo que se nos está contando.
  • Cuando somos conscientes de que el otro nos escucha de forma activa, se nos da información sobre si se nos comprende, se nos sigue y les interesa lo que exponemos.
  • Escuchar es necesario y es una habilidad básica para iniciar y mantener conversaciones con los demás.
  • La escucha interviene y es siempre esencial en cualquier otra habilidad social, como por ejemplo, responder a los otros. (Primero debo saber escuchar, entendiendo el mensaje de forma correcta, para poder responder de igual manera). ¿Qué respondo si ni siguiera te he escuchado, prestado atención, comprendido, etc…?
  • La escucha implica y debe ser acompañada de las expresiones faciales, la mirada y la sonrisa adecuada, para que esta sea más productiva y sume en la comunicación.

Errores que se producen por una deficiente escucha activa en la comunicación con los otros.

  • Interpretar desde nuestro punto de vista lo escuchado basándonos en nuestros juicios, interpretaciones, circunstancias, necesidades, etc.., sin verificar el mensaje expresado.
  • Suponer lo que se nos va a contar adelantándonos y no dando tiempo a recibir el mensaje, ya que mientras nos hablan ya estamos pensando en que responder. (Mas que escuchar, estamos pensando en nuestra respuesta)
  • Mantener con nosotros mismos una propia conversación interna (un diálogo con nosotros mismos, unos pensamientos que son automáticos, a veces constructivos, y otras veces distorsionados, sobre la propia conversación o sobre otros temas propios que nada tienen que ver con la conversación que estoy teniendo en ese momento y a la que debo atender) (si converso conmigo mismo, dejo de escuchar, pierdo información y no conecto con la otra persona a nivel emocional).
  • No hacer sentir al interlocutor que se le escucha de forma verbal o no verbal.

Formas de practicar y mejorar nuestra escucha activa de forma efectiva.

  • Lo primero que has de tener en cuenta y mejorar será tener en cuenta tu comunicación verbal y no verbal:
  • Mantener un contacto ocular adecuado con el hablante.
  • Tu cuerpo ha de estar mostrando interés y para ello ha de estar ligeramente inclinado hacia la otra persona.
  • Mostrar una postura relajada y una distancia corporal adecuada.
  • Acompañar de forma verbal mínima esa comunicación no verbal, con por ejemplo expresiones como “aha”, “si claro”, “ya”, “uhum”, etc…
  • Asentir con la cabeza.
  • Tu cara debe reflejar y sintonizar a nivel emocional con lo que te está contando tu acompañante.
  • Si te encuentras en un momento donde no estás en disposición de atender, es mejor comunicarlo abiertamente y dejarlo para otro momento. De igual forma que si somos nosotros mismos los que detectamos que no se nos está escuchando es mejor preguntar que pasa, que le pasa, etc…  para posponer la conversación cuando sea más adecuado para ambos. (Ten en cuenta que muchas veces caemos en el error de comunicar algo en un momento en el que no es adecuado, o el interlocutor no está disponible para recibir la información como a nosotros nos gustaría).
  • Puedes utilizar y apoyarte en cuatro tipo de respuestas verbales de escucha activa como son:

La Clarificación: Realizar una pregunta cuando se nos comunica algo ambiguo o que no entendemos bien ¿Qué quieres decir con…? ¿Estás diciendo que…?

Paráfrasis: Repetir una parte del mensaje que describe una situación, hecho, persona o idea (repetir con las mismas palabras): De esta forma muestras escucha y verificas el mensaje recibido.

Reflejo de sentimientos: Repetición de los sentimientos del interlocutor que se relacionan con lo comentado. “estás sintiendo…. o lo otro, porque….” “entiendo que te sientes….. o así, por…. “

Síntesis: Prolongar las respuestas de paráfrasis y reflejo, uniendo los distintos elementos del mensaje de nuestro interlocutor o identificando los aspectos que hemos detectado como más relevantes en lo que se nos ha contado (realizar un pequeño resumen terminando con la pregunta ¿no?, dando lugar a que se verifique para saber si lo has entendido correctamente).

Lo anteriormente expuesto no ha de utilizarse de forma abusiva y estandarizada, pero nos puede ayudar junto con lo comentado en otros  puntos a mejorar nuestra escucha y comunicación interpersonal para con los demás.


“Aprender a oír es natural, pero aprender a escuchar, es vital”
“Escuchar envuelve todos nuestros otros sentidos para ayudarnos a entender las palabras habladas”


Espero y deseo te haya sido de ayuda.

Te invito a compartir con quién lo desees y comentar lo que creas que pueda ayudar y aportar a los demás. Gracias!

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Un saludo, gracias por leerme y hasta pronto!

       Alicia Camacho. Psicóloga.
             Santa Cruz de Tenerife.



jueves, 31 de marzo de 2016

¿Conoces tus Derechos Asertivos? Tengo derecho a…



¿Conoces tus Derechos Asertivos? Tengo derecho a…


Cuando hablamos de derechos asertivos hablamos de las normas o principios que todas las personas tenemos por el simple hecho de “ser personas” e implica el derecho a expresar lo que sientes, piensas, crees, te gusta, te emociona, opinas, etc…mostrando respeto hacia los demás y hacia uno mismo al mismo tiempo.

La asertividad es una habilidad social, un estilo de conducta social que todos debemos de practicar, aprender, mejorar, desarrollar y trabajar diariamente ya que implica exponer honestamente tus sentimientos y opiniones de forma libre sin dejar de tener en cuenta tus derechos (sería estilo inhibido) y sin pisotear el respeto hacia los demás (estilo agresivo).

A continuación te expongo tus principales derechos con algún ejemplo para que te sirva, te ayude y los pongas en práctica, mejorando con ello tu comunicación con los demás y mejorando así tu vida y  bienestar.

Tienes derecho a:

Tienes derecho a expresar y a sentir tus propios sentimientos. Sentir dolor, expresar sufrimiento, pasar un duelo, “no estar bien siempre”.
Tienes derecho a tener tus propias opiniones y creencias, teniendo derecho a cambiar estas, cambiar de idea o incluso actuar de la forma distinta cuando de lo desees.
Tienes derecho a ser escuchado y tomado en serio.
Tienes derecho a sentirte a gusto contigo mismo y a reconocer tus propios logros de forma adecuada sin que ello implique ser engreído/a.
Tienes derecho a cometer errores, - y ser responsable de ellos- .
Tienes derecho a decir “no” o rechazar peticiones sin sentirte culpable o parecer egoísta.
Tienes derecho a detenerte y pensar antes de actuar, sin que nadie te presione a hacerlo.
Tienes derecho a pedir lo que quieres o deseas (teniendo en cuenta que el otro tiene derecho a decirte que no)
Tienes derecho a decidir qué hacer con tu propio cuerpo, tiempo y propiedad.
Tienes derecho a mantener y ser tratado con dignidad y respeto a tu persona.
Tienes derecho a hacer menos de lo que humanamente eres capaz de hacer (darte tiempo, descanso, rendir menos un día determinado, etc…)
Tienes derecho a ser independiente, tomar tus decisiones y tener en cuenta tus necesidades de libertad.
Tienes derecho a que se respete tu privacidad, tu intimidad y a decidir con quien la compartes.
Tienes derecho a no leer la mente de los demás para conocer sus necesidades, sus sentimientos y emociones.
Tienes derecho a ser informado adecuadamente de los sentimientos de las personas que son importantes para ti o con quién te relacionas y además de ser informado de si estos sentimientos cambian.
Tienes derecho a no responsabilizarte de los problemas de los demás y tienes derecho a no justificarte con los otros.
Tienes derecho a pedir información o aclaración de dudas y ser informado de aquello que te afecte.
Tienes derecho a expresar una crítica o un trato injusto haciéndolo siempre de forma adecuada.
Tienes derecho a tener tus propias necesidades y que estas sean tan importantes como las necesidades de los demás. Por otra parte tienes derecho a pedir a los demás que respondan a tus necesidades y de decidir tú mismo si satisfacemos o no las necesidades de los otros.
Tienes derecho a hablar sobre un problema con la persona involucrada y aclarar la situación.
Tienes derecho a no necesitar la aprobación de los demás, si no viola sus propios derechos.
Tienes derecho a ignorar si quieres los consejos de los demás. “un consejo es sólo eso”.
Tienes derecho a estar sólo si lo deseas, aunque otros deseen otra cosa.
Tienes derecho a obtener aquello por lo que pagas.
Tienes derecho a ser feliz sin hacer daños que se puedan evitar, evaluando las circunstancias, tus metas, eligiendo con quién te relacionas, tu vocación, tu manera de ser y sentirte realizado.
Tienes derecho a escoger no comportarte de manera asertiva.
Y por último tienes derecho a tener derechos y defenderlos.

¡Tienes derechos!

Te propongo tener en cuenta cada día un derecho asertivo y hacérselo saber a los que te rodean. Valdrá la pena!

A modo de conclusión te pregunto: ¿estás teniendo en cuenta y respetando en ti mismo y en los demás todos los derechos asertivos?

Te invito a compartir con quién lo desees y comentar lo que creas que pueda ayudar y aportar a los demás. Gracias!

Un saludo y hasta pronto!

Alicia Camacho. Psicóloga.

Santa Cruz de Tenerife.

jueves, 10 de marzo de 2016

Cómo eliminar el pensamiento negativo: “la vida no es justa”.




Cómo eliminar el pensamiento negativo: “la vida no es justa”.


Si escogiéramos a un grupo de cinco personas al azar, las pusiéramos a analizar una situación concreta y luego les preguntáramos que han visto, ¿qué conclusiones crees que sacarían cada uno de ellos? ¿tendrían distintas versiones de lo sucedido verdad? y ¿por qué?  
Es así porque somos personas distintas, con vidas, personalidades, experiencias y formas de pensar distintas.

A través de nuestra experiencia, educación, etc… hemos ido adquiriendo una serie de ideas, creencias o esquemas de cómo son la cosas y con ellos analizamos e interpretamos la realidad.

Muchas veces al interpretar esta realidad se producen lo que llamamos sesgos o distorsiones que serían malas interpretaciones de los que nos acontece y nos rodea,  presentando con ello pensamientos negativos que nos perturban y sabotean.

Algunas de las distorsiones cognitivas serían: generalización, lectura de la mente de los demás, pensamiento polarizado, deberías, visión catastrófica, etc… Hoy vamos a trabajar y a discutir la distorsión de “falacia de justicia” donde se presentarían pensamientos negativos del tipo:

“Es injusto que…”, “no hay derecho que me pase o le pase esto a…” “no es justo que el/ella haga esto o tenga esto” “yo me lo merezco más” “yo/ el no se merece, merecía esto” “si la verdad tal, entonces…cual” serían algunos ejemplos.

La vida no es justa y hemos de vivir con ello. Así de crudo, pero real. Cada unos de nosotros viviremos a lo largo de nuestra vida situaciones dolorosas, momentos malos, pérdidas, dificultades y problemas a los cuales tendremos que buscar solución o aprender a sobrellevarlos nos guste o no.

No somos conscientes del daño que nos produce pensar de esta forma y nos lo creemos, porque estos pensamientos son automáticos, los asimilamos como válidos sin cuestionarlos y son precisamente estos pensamientos los que nos hacen sentir emociones negativas que no nos ayudan.

Ahora te cuestiono lo siguiente: ¿crees entonces que para que la vida sea justa a las personas buenas, bondadosas, sacrificadas siempre le tendrán que pasar cosas buenas y merecen una felicidad absoluta? ¿y crees o consideras que a los malos, despiadados etc… la vida le tiene que pagar con esa misma moneda, siendo castigados incluso por uno mismo?

¿Sería esto justo, crees que el mundo tiene que funcionar así, consideras que hay justicia en esto? La realidad y la respuesta sabemos que es bien distinta.

¿Y como te hace sentir pensar que la vida no es justa por eso o por lo otro? Pues probablemente te haga sentir mal, derrotado/a, con una enorme frustración, y a la vez te lleva a quedarte inmovilizado/a, a conformarte. Y una última pregunta, ¿por qué?

Porque si pensamos que todo depende de las circunstancia de afuera, del exterior, es ahí donde ponemos el foco y nuestra atención y asumimos que no podemos hacer nada para cambiar ese mundo injusto, no habrá cambio posible.

Y entonces ¿cómo puedo librarme de esta manera de pensar tan negativa que no me ayuda y me genera malestar?

Tendremos que dejar de confundir lo que se desea con lo justo.

Escucha los deseos de los demás y no sólo los propios.

Valorar que si las cosas no salen como yo quiero, no es que sea injusto, sino que no son como me gustaría que fuese.

Pregúntate: ¿Tiene esa persona derecho a una opinión distinta a la mía?

En el momento que detectes que tienes este tipo de pensamiento, párate a cuestionarlo, razónalo, pero hazlo en frío y desde otro punto de vista. El primer paso es tomar conciencia de estos pensamientos.

Pregúntate porqué piensas eso, que hay de especial en ti que te tenga que salvar de las injusticias, cambia el ¿por qué yo? ¿por qué a mí? por el ¿y porqué no? Esa es la realidad.
El mundo no debe funcionar en base a mis normas y criterios determinados.

Trabaja, esfuérzate en cambiar esas circunstancias que no te gustan, pero acepta que hay otras que no podrás modificar y que solo podrás asumirlas, vivirlas y superarlas.


“Si cambias tu manera de pensar, cambias tu vida”


Alicia Camacho. Psicóloga.

Santa Cruz de Tenerife.


jueves, 3 de marzo de 2016

"Mi primer post"



“Mi primer post”

Con este post queda inaugurado mi blog, eso pensé cuando decidí  escribir esta primera entrada y me pregunté, ¿qué querrían saber de mí los lectores que hasta este blog se han acercado? Y esta es mi respuesta:

Detrás de este blog se encuentra una profesional de la psicología apasionada de su profesión, que quiere compartir, aportar, ayudar y de alguna manera desea formar parte de las vidas de las personas que lo lean, con la ilusión de que les pueda servir de ayuda, les sea útil para aprender alguna cosa, les acerque a este mundo apasionante de la psicología y del autoconocimiento, intentando ser por otra parte un punto de encuentro entre profesionales, lectores, amigos, y donde haya espacio para todo aquel que quiera aportar algo, compartir sus experiencias o su saber.

¿Y porqué ahora?
Porque es ahora cuando he necesitado y deseado compartir un espacio con ustedes, y considero que en la vida todo llega en el momento que es oportuno, lo vas a disfrutar, te hará aprender, te cambiará, y en un momento de ganas de compartir mi tiempo, mis inquietudes, conocimientos, con el fin último de que pueda ser de vuestro interés y para vuestra ayuda.

¿Sobre qué escribiré?
Escribiré sobre temas de interés en psicología, daré opiniones sobre alguna temática en concreto, compartiré experiencias, daré herramientas o recursos que os puedan valer y ayudar en el desarrollo personal y en el bienestar de quienes lo lean.

Y para terminar sólo me queda dar las gracias, primero dar las gracias a las personas que han hecho que sea la persona que soy hoy en día, gracias a todos aquellos que han influido y han formado  parte de mi experiencia a lo largo de mi vida y han contribuido con ello.
 Gracias a los que me indicasteis mis errores, a los que han confiado en mí y me habéis pedido ayuda en algún momento concreto y gracias de antemano a todos los que lo haréis en el futuro.

Ahora sí, ha llegado el momento: ¡Queda inaugurado mi blog!

Te agradezco el tiempo que has dedicado a leer estas líneas, si deseas aportar algo y te apetece dejar un comentario o compartir, te invito a  hacerlo.
Me despido adelantándote que ya que he terminado esta entrada con el tema del agradecimiento, me apetece escribir sobre ello y te invito a leer mi próximo Post:

“Todo lo que deberías saber sobre la importancia de ser agradecido”.

Bienvenidos y hasta pronto!

Alicia Camacho.
Santa Cruz de Tenerife.