Ahora tienes la oportunidad de Ayudarte

Sin excusas, sin miedo, ¡actúa!

Crecer como persona está en tus manos

Tu puedes gestionar tu propia vida para logralo.

Disfruta plenamente de tu vida afectiva

Impulsa tu vida hacia adelante.

Consigue ser feliz y hacer felices a los que te rodean

Disfrutando al máximo lo que tienes dentro de ti.

Puedes superar todas tus limitaciones

Derribando todas las barreras.

Bienvenid@ a este tu espacio donde hallarás respuesta a tus inquietudes

Con una fuerte vocación de AYUDA a las personas que lo necesitan, nace AYUDA-TE Psicología, un espacio diferente y único donde lo que importa son las personas. Mejorar tu vida y tu bienestar es muy importante, para ello, puedes consultar toda información que te ofrecemos y, si lo necesitas, puedes contar con apoyo personal profesional especializado para conseguir tus propósitos, mejorar tu equilibrio y tu calidad de vida.

Ofrecemos una amplia gama de soluciones a tus necesidades personales, de pareja y profesionales a través de diferentes vias de contacto. Empieza hoy a ayudarte, cuenta con nosotros..

domingo, 9 de junio de 2019

¡Por mi culpa! ¿Por qué me siento tan culpable siempre?



¡POR MI CULPA! ¿POR QUÉ ME SIENTO TAN CULPABLE SIEMPRE?


Cuando hablamos del sentimiento de culpabilidad, lo describimos como aquel sentimiento muchas veces negativo que nos hace sentir mal, nos genera remordimiento, pensamientos negativos y críticos con nosotros mismos.

Hoy me gustaría hablar no del sentimiento de culpabilidad que todos en algún momento podemos padecer por haber dicho o hecho algo (o todo lo contrario), que  nos ha causado un desagravio con nosotros o con los demás, que nos lleva a una reparación en un momento dado, a pedir una disculpa razonable, etc.., sino exponer y describir esa culpa que persigue a quién la sufre de una manera constante, de ese sentimiento que no nos abandona, no es sano, es dañito y a la vez excesivo.

Una persona se puede sentir constantemente culpable por creer que las cosas que le han ocurrido son siempre por su culpa y ella o el, es el único responsable de ello siendo a su vez el único responsable de solucionar todos los problema que se le presentan.

¿Pero puede la culpa ayudarnos o siempre será negativa para nosotros?

Sabemos que sentirnos culpables en determinadas situaciones y por algunas circunstancias vividas a veces será necesario y sano, nos ayudará a tomar conciencia de nuestras acciones y de las decisiones tomadas, nos ayuda a prender para no volver a cometer errores, y también a corregir, mejorar y crecer.

¿Pero que pasa entonces con la excesiva culpabilidad?

Cuando la culpa te invade de forma constante te daña, no te ayuda, no sirve más que para generarte sufrimiento, porque promueve y abandera a tu autocrítica, te ataca duramente por lo ocurrido, te genera sentimientos de enfado profundo contigo mismo, te puede llegar a generar desprecio hacia tu persona e incluso a presentar vergüenza ante los demás.

¿Por qué  pasa esto?

Esto ocurre porque la persona se ve a sí misma como la “única que puede solucionar los problemas” “piensa que siempre tiene que ser perfecta y así no cometer ningún error, accidente, perjuicio, etc..” .

Llegados a este punto sería bueno hacernos las siguientes cuestiones y validar o no las siguientes afirmaciones:

  • Me siento culpable cuando no adiviné lo que ocurrió en el pasado.
  • Si me engañas: yo soy el/la culpable y me siento responsable de ello.
  • Si me manipulan: yo soy el/la única responsable.
  • Si me maltratan: también es siempre por culpa mía.
  • Si alguien me expresa malestar, decepción, descontento, etc…: me siento culpable.
  • Me siento culpable si a alguien allegado le pasa algo y yo no he podido evitarlo (porque considero que es siempre mi deber preocuparme y prevenirlo).
  • Etc…

Como podrás observar si has contestado y validado los supuestos anteriores o la mayoría de ellos, pensar y sentirte así no es deseable ni sano para tu bienestar. Sería aconsejable que lo cuestionaras y analizaras en profundidad. Estos sentimientos pueden llegar y están afectando negativamente a tu autoestima, te producirán sentimientos negativos, te incapacitan para la mejora y el crecimiento personal.

El principal problema radica en que estás distorsionando (alterando, confundiendo), la atribución que haces de la causalidad (lo que realmente ha pasado y ha causado) sobre los hechos que estás viviendo y estás errando en la evaluación que haces de ti mismo al respecto.

Para poder modificar estos sentimientos de culpabilidad constante te propongo lo siguiente:

Analiza desde la lógica y la racionalidad la información de la que dispones.
Piensa que el objetivo final es atribuir la responsabilidad a quién le corresponde y en el grado adecuado.

  • ¿Es cierto que yo soy el 100% responsable de lo ocurrido?
  • ¿Qué pruebas tengo para creer esto?
  • ¿Qué o quienes más  pueden ser los responsables de lo sucedido?
  • ¿Pueden haber influido en lo ocurrido otros factores, circunstancias, elementos que no estoy teniendo en cuenta para llegar a esa conclusión de culpabilidad total y única?
  • ¿Cuál es la causa de mi sentimiento de culpabilidad? ¿es real o imaginaria?
  • ¿Cómo estoy evaluando lo sucedido, lo estoy percibiendo de forma correcta, estoy llevando a cabo una autoevaluación real?
  • ¿Cómo me hace sentir pensar así? ¿me ayuda? ¿qué problema me ayuda a cambiar?

Para erradicar a tu culpa toma conciencia real y objetiva de tus acciones y decisiones valorando en su justa medida como se expuso anteriormente e irás viendo como esta desaparece.



 ESTIMADA CULPA: Aprenderé de ti en los momentos adecuados para que me ayude y me sirva, pero te cuestionaré, modificaré, y dominaré cuando me inundes y me perturbes.

Atentamente:”Alguien  que quiere librarse de ti……”



Si te ha gustado este artículo y quieres ser el primero en recibir cada publicación nueva directamente en tu correo, puedes suscribirte al blog en la barra de la derecha.


Te invito a compartir y comentar  lo que desees, seguro que será enriquecedor para todos.


Gracias por leerme y seguirme!


Un saludo.

Alicia Camacho. Psicóloga.


ayudatepsicologia@gmail.com

jueves, 9 de mayo de 2019

Los 7 mandamientos básicos para superar una entrevista de trabajo.




LOS 7 MANDAMIENTOS BÁSICOS PARA SUPERAR UNA ENTREVISTA DE TRABAJO.


A lo largo de nuestras vidas todas las personas en periodo de trabajar vamos a pasar por diferentes procesos de selección o tendremos que enfrentarnos a una entrevista laboral. Sabemos que este momento es vivido como importante y que genera mucha inquietud, nerviosismo y dudas. Sea cual sea el proceso selectivo al cual tengas que presentarte, ya sea dentro de un proceso de oposición, una entrevista laboral para una pequeña empresa sea del sector que sea, una entrevista para un cargo de dirección o de mando intermedio en una gran empresa, etc.. se han de tener siempre en cuenta una serie de premisas que se exponen a continuación que sirven como recomendaciones básicas para superar con éxito dicha entrevista.

En primer lugar y aunque parezca obvio decirlo te has de preparar la entrevista en profundidad y esto incluye:
Buscar información a través de diferentes fuentes sobre la empresa en cuestión, reuniendo todos los datos que puedas, es deseable que hagas un resumen de la información, a qué se dedica, productos, sedes, cultura empresarial, etc.. si sabes quién te va a entrevistar, averigua quién es, que puesto ocupa, etc.. Por otra parte tienes que tener muy claro el puesto que se oferta, con las tareas y funciones a desarrollar, qué se está pidiendo en el candidato, cuál el trabajo a realizar, que personalidad se desea, etc…

Aquí es interesante prepararte bien las preguntas y respuestas tipo más habituales que se suelen hacer en estos casos como: ¿qué sabes de la empresa? ¿a qué nos dedicamos? ¿cómo nos conociste? ¿por qué quieres trabajar aquí?, etc… Ten en cuenta que estas preguntas varían en función del tipo de entrevista, puesto, proceso selectivo, etc…
Es bueno tener todo esto bien estudiado para ser capaz de explicarlo de forma clara y que denote que conoces, sabes y muestras interés por esa empresa y su trabajo.

En segundo lugar ensaya y practica. No sólo vale con que pienses y tengas en cuenta todo lo anterior. Has de practicar ensayando, simulando la entrevista en sí, auto observándote, contestando las posibles preguntas, trabajando tu argumentación, credibilidad, tu manera de exponer, tu comunicación, etc… Esto te dará seguridad y te valdrá de aprendizaje para corregir posibles errores. Si puedes hacer esta simulación con algún conocido que te proporcione feedback de tu actuación, será muy enriquecedor para tu preparación.

En tercer lugar deberás estudiar tu currículum y ver si encajas en ese puesto, que puntos fuertes tienes a tu favor a nivel profesional y personal, de experiencia, formación y donde estarían tus puntos débiles para así saber cómo defenderte y explicarte.

En cuarto lugar tendrás que tener en cuenta todo lo que tiene que ver con el desarrollo de la entrevista en sí: se puntual, tienes que acudir sin prisas al lugar citado (5 o 10 minutos antes es lo recomendable), acudir sólo ya que eso te describe como persona segura e independiente, apagar el móvil, no estar pendiente de la hora, etc… Acude vestido de forma adecuada, limpia, formal, cuidando tu aspecto, maquillaje, etc...

En quinto lugar incluye todo lo que tienes que tener en cuenta con respecto a tu comunicación no verbal. Ten en cuenta que todas las personas cuando conocemos a otra, la evaluamos con una primera impresión. Has de intentar  que esa primera impresión juegue a tu favor. Sonríe, mantén el contacto ocular con tu entrevistador, muéstrate cercano sin invadir su espacio personal. 
Es muy importante intentar establecer una buena relación con el reclutador desde el comienzo de la entrevista, llegando a generar entre ambos un buen clima que incite al buen desarrollo de la entrevista, a que esta fluya y sea cómoda para ambos. Para ello te puede ayudar tener en cuenta tu expresión siendo amable, cálido, afable, confiado, muéstrate tranquilo y seguro. Cuida tu saludo y despedida, sé correcto, escucha, siéntate cómodamente, controla tus gestos,  mantén una postura corporal correcta, erguida que denote seguridad y confianza.

En sexto lugar tendrías que tener en cuenta lo que vas a exponer y cómo lo vas a comunicar. Aquí lo importante es saber qué responder, pensar y exponer con claridad de ideas, siendo directo y claro. Debes de ser sincero, honesto, puedes romper el hielo si quieres con alguna observación genuina y natural. Apoya tus respuestas y explicaciones con algún ejemplo en concreto que pueda apoyar lo que argumentas.

En séptimo lugar cuida tu actitud. Debes de ser capaz de permanecer tranquilo y seguro. Confía en ti mismo, se positivo y optimista. Una buena forma de conseguirlo es posibilitar pensamientos que te ayuden a vivenciarlo de esta forma, como puede ser el valorar que es una oportunidad de explicar que eres un buen candidato, válido, capaz, competente, etc.. 
Muestra motivación, ganas de trabajar e interés por la empresa y el puesto que se oferta. Pregunta si lo deseas. 
No debes tomar una actitud defensiva, con malas formas, mostrar soberbia, informalidad, ni por supuesto hacer comentarios negativos y críticos sobre trabajos y jefes anteriores, ni hacer preguntas indiscretas sobre salarios, etc… Estas cuestiones se valoran de forma negativa.
Piensa que tu objetivo principal en la entrevista es describirte como un candidato válido para ocupar ese puesto, con las competencias necesarias, conocimientos, experiencia, actitud, etc…


Si te ha gustado este artículo y quieres ser el primero en recibir cada publicación nueva directamente en tu correo, puedes suscribirte al blog en la barra de la derecha.

Te invito a compartir y comentar cualquier experiencia que hayas vivido con respecto a tus entrevistas vividas, hacer cualquier observación o comentar lo que desees. Seguro que será enriquecedor para todos.

Si te interesa esta temática y deseas que amplíe información de cada apartado, no dudes en añadirlo a comentarios y lo tendré en cuenta para futuros post.

Gracias por leerme y seguirme!

Un saludo.

Alicia Camacho. Psicóloga.


ayudatepsicologia@gmail.com

viernes, 5 de abril de 2019

La ruptura de pareja. ¿Qué me está pasado, cómo lo supero?




La ruptura de pareja. ¿Qué me está pasado, cómo lo supero?


La ruptura de pareja o ruptura sentimental es una de las situaciones más dolorosas que enfrentamos a lo largo de nuestras vidas y que más sufrimiento nos genera. Todas las personas podemos superar una ruptura y hoy daré las claves para entender cómo es el proceso y cómo superarlo.

Las fases de la ruptura sentimental se equiparan a las fases del duelo o pérdida de un ser querido, porque de alguna forma supone también una pérdida enorme. En su base estará el miedo a estar solo/a, miedo a enfrentar la vida sin esa persona que ya no está a nuestro lado.
Sabemos que existen muchos tipos y motivos que llevan a una ruptura de pareja, pero hoy vamos a hablar de ese tipo de ruptura que te sobreviene cuando la decisión ha sido unilateral, te han dejado y ya no hay vuelta atrás.

La ruptura lleva inevitablemente a experimentar un sentimiento de vacío, pérdida de  rutina y del día a día, muchas veces pérdida del espacio donde vives, de lo que te rodea, que aunque sea bueno o malo es lo que tú conoces, es tu zona de confort. Tendrás que aprender a llenar ese vacío, a construir una vida nueva, tendrás que enfrentarte a esos cambios que tanto duelen y tanto miedo provocan.

Para enfrentarte a ese cambio se ha de pasar por una serie de fases que constituyen todo un proceso que lleva a la superación.

La primera fase a superar y a vivenciar es la NEGACIÓN. Estamos en un momento donde la pareja ha decidido terminar la relación, existe una separación y se niega esta realidad. La persona no puede creer que esto le esté pasando, no lo acepta, no asume que dicha relación se haya acabado, cree, desea y espera que su pareja vuelva.

Aquí empieza a trabajar el autoengaño, y más si en esa ruptura los mensajes recibidos han sido del tipo: “el problema no eres tu soy yo” “necesito un tiempo” “no se lo que quiero” y todas estos discursos que muchas veces se exponen.

El sujeto aquí niega lo que le está pasando, empieza a albergar la ilusión de que la otra persona se arrepienta y vuelva. En su mente pueden presentarse pensamientos del tipo “el/ella va a volver” “se arrepentirá” “seguro que se arregla”, empieza a imaginar futuras conversaciones, reencuentros, etc… incluso actúa y puede llegar a comportarse como si nada hubiese pasado, si le preguntan por su pareja, responde como si nada pasase y todo continuase como antes.

¿Qué hacer aquí?

Date un tiempo, intenta ser valiente para ver las cosas tal cual han sucedido, se objetivo/a. No te hagas más daño con pensamientos enemigos de tu bienestar, busca apoyos, soporte, expresa como te sientes.

La segunda fase del proceso o fase a superar es LA RABIA. En esta fase se presentan sentimientos de enfado, de ira, tanto hacia si mismo/a como hacia su pareja.

Los pensamientos que aquí tienen lugar y que producen estas emociones son del tipo: 
“Y si yo hubiera hecho”, (apareciendo así la culpa) “la culpa es mía por haber hecho, dicho esto o aquello” “no me lo merezco” (ver anterior post donde hablo de este tipo de pensamientos), “encima me deja después de todo lo que yo hice, aposté, toleré, etc…”

Estos pensamientos llevan a la persona a sentirse mal consigo mismo/a, a sentirse culpable de la ruptura, queriendo volver atrás y resolverlo todo, cambiarlo, cuando sabemos que esto ya no es posible.

 En esta fase se genera mucho sufrimiento, resentimiento, rabia, frustración, impotencia, no dándonos cuenta de que lo que necesitamos es aprender de esa experiencia y que nos sume, llevarnos lo aprendido bueno y malo a futuras relaciones para que estas sean más sanas y satisfactorias.

¿Y aquí como me ayudo?

No recurras a la culpa porque no te ayudará, no te dejes atrapar por emociones que serán tus enemigas. Intenta valorar lo que has hecho bien y has hecho mal en tu relación, lo que quieres y no quieres, pon tus límites y dale el relativo valor que cada una de estas opciones tiene. Intenta aprender de los errores y valora lo que has aprendido y ha sido positivo para tu relación y para tu persona.


La siguiente fase a superar sería la de LA TRISTEZA. Aquí se ha de aprender a convivir con el vacío que esa pareja ha dejado, vivir esas emociones negativas y ese malestar, llorar, darnos cuenta de que esa pareja ya no va a volver, ya no forma parte de tu vida y ya no estará más a tu lado.
Vivir esta etapa es necesario, no se debe huir de este sufrimiento ni quedarse en el demasiado tiempo, porque como parte de un proceso es inevitable y te llevará a otra etapa posterior.

¿Cómo manejar esta tristeza?

Vívela es lo único que puedes hacer, no huyas, no intentes aparentar que estás bien, pasa tiempo contigo ya que eres tu mejor compañía. Comparte y realiza actividades que te sean gratificantes, analiza tu situación, que vida quieres, que pareja quieres, intenta que este periodo de tristeza te permita conocerte mejor.

LA ACEPTACIÓN. Esta sería la última fase que te llevará a la superación del proceso de ruptura. Para que se supere esta fase el sujeto tiene que asimilar la realidad de lo vivido, aceptar que esa persona ya no formará y no forma parte de su vida, entendiendo que es lo que ha pasado, entendiendo que ya no está, aceptando que  el/ella ya hace su vida estando entonces en caminos distintos.

Tiene que producirse lo que llamamos el soltar, liberarse de esos sentimientos, lazos de pertenencia, dejar de amar, dejar ir, eliminar por otra parte los sentimientos de rabia, rencor, dolor, tristeza, culpa… Poner el foco de tu atención y tu mirada en el futuro, mirar hacia delante  y dejar de mirar hacia atrás, hacia lo que fue, hacia lo que pasó, para llegar a verbalizar y pensar cosas como: “lo he superado” “me quedo con lo bueno de lo vivido” “acepto que la relación ha terminado y que ya no somos pareja” “aunque me cuesta, miraré al frente”. Recuerda: aceptar, soltar y liberarte.

Cuando ese momento de superación y asimilación llega, te encontrarás analizando tu relación desde un punto de vista más objetivo y sin sufrimiento, sólo viendo que ya es parte de tu pasado, es experiencia.

Lo importante de este proceso es transcurrir por todas las fases y no quedarse anclado y perdido en ninguna de ellas porque eso no te dejará avanzar. Tampoco es deseable ni beneficioso unirse a alguien sin pasar por todo el proceso completo, ya que simplemente se estará llenando el vacío que deja el otro, por el miedo a la soledad y malestar que ello genera.

Si sientes que no puedes o no tienes herramientas para superar una ruptura o estás atascado/a sufriendo en una etapa que no te deja avanzar, pide ayuda y aprenderás a reconocer y trabajar cada fase para superarla. Es necesario para tu bienestar superar este proceso de forma satisfactoria y salir fortalecido/a de ello.

“Piensa que esta ruptura que estás viviendo pone fin a tu relación, pero a la vez te da la oportunidad de empezar una vida nueva” “este final es un buen comienzo”.


Te invito a compartir con quien creas que le puede ayudar y a comentar lo que desees.

¿Te has sentido identificado con algo de lo aquí expuesto?

Tu aportación seguro es enriquecedora para todos/as. Gracias!



Alicia Camacho. Psicóloga.
  
Santa Cruz de Tenerife.

Contacto: ayudatepsicologia@gmail.com




jueves, 21 de marzo de 2019

¡Deja de compararte! Tip para mejorar tu autoestima.


¡Deja de compararte! Tip para mejorar tu autoestima.





La comparación con los demás es una conducta habitual llevada a cabo por muchos/as. Las personas que están constantemente comparándose con los demás lo hacen a través de una posición de inferioridad y esto les afecta disminuyendo su autoestima, generando sufrimiento y malestar.

Generalmente cuando llevamos a cabo la comparación con los otros, no lo realizamos con toda nuestra totalidad, sino que lo hacemos eligiendo y muchas veces distorsionando cuestiones, rasgos, etc… que no nos gustan de nosotros mismos.

El acto de compararte continuamente puede llevarte al perfeccionismo extremo, a la insatisfacción constante, frustración, etc.. porque siempre habrá alguien mejor, con un trabajo mejor, con una imagen deseada por ti etc… Piensa que nadie es perfecto ni debe pretender serlo.

Te pregunto, ¿por qué no realizamos esta comparación con lo positivo de nosotros mismos,  porqué no lo hacemos para salir ganando? La respuesta es que sólo lo hacen de esta forma las personas que necesitan compensar y salir reforzamos de esa comparación, realizándolo habitualmente y escondiendo así un déficit de autoestima que siempre estará en su base.

¿Existen entonces distintos tipos de comparación?

Podríamos decir que existen dos tipos de comparación, una con aspectos positivos que llevan a darnos cuenta que existen otras formas de ser, pensar y actuar siendo beneficioso, sirviéndonos de guía, de modelo a seguir, etc..

Por otra parte tendríamos la comparación con aspecto negativo, en la cual nos devaluamos, salimos perdiendo, criticamos, descalificamos a los demás y a nosotros mismos, buscamos los defectos en todo, no nos deja disfrutar de las relaciones entre iguales, produciéndonos mucho daño y acentuando en nosotros rasgos negativos.


¿Qué puedo hacer entonces?

Literalmente no te compares con los demás si el resultado va a ser quitarte valor o menospreciarte. Si otros lo hacen contigo no le des importancia, piensa que es sólo el criterio y la observación de esa persona en concreto.

Detecta y observa en ti este acto de comparación, cuando lo estés haciendo, hazle preguntas a esos pensamientos críticos y comparativos de la siguiente forma:
¿Por qué me estoy comparando con esa persona?
¿Qué criterio o medida estoy utilizando?
¿Estoy comparando sólo una parte o característica de mi ser?
¿Para que me sirve, a que me lleva y cómo me hace sentir esta comparación?
¿Cómo podría sacar beneficio de esto?

El primer paso es el de tomar conciencia para llegar a cuestionarte y a cambiar este mal hábito que no te ayuda y menoscaba tu autoestima.

Establece tus propios parámetros, medidas. Tu valor propio no depende del resultado que obtienes al compararte con los demás, sino del valor que ya posees. Date ese valor.

Compárate contigo mismo/a es mucho más saludable, compárate con la persona que eras en otros momentos, cuánto has cambiado, que has aprendido, que has mejorado, o que te queda o te gustaría mejorar. Piensa que lo que tú quieres no tiene que ser  lo que quieren, logran o son los demás.

Utiliza la comparación como fuente de motivación, haz de ella una herramienta para mejorar, para que te ayude y no para que te reste. Elije compararte para aumentar esa capacidad de empatía, esa pasión que observas, es constancia, ese optimismo, esa voluntad, ese rasgo, o ¿por qué no? Pregunta como ha llegado a ese éxito, cómo conseguir esto o lo otro… y ponte a ello.

Se más considerado/a contigo mismo/a, cada unos tiene unas cualidades propias, atributos físicos, pensamientos, forma de ser,  circunstancias vitales, y precisamente todas estas cosas son las que te hacen ser diferente. ¡No podemos ser todos iguales y además no tiene ningún sentido! Empieza a aceptarte, a valorar lo que tienes, lo que eres, admírate y trabaja por cambiar lo que se pueda, lo que no te guste y desees mejorar.

Piensa que tu no eres sólo un atributo físico (caderas, músculos, bienes materiales, logros profesionales o académicos, posesiones, etc…) eres un todo, ¡eres muchas más cosas!

Valora lo propio y lo de los demás pero a partes iguales y en su justa medida. El compararte con los demás no valorando y dando una estimación justa y correcta, puede llegar a generar sentimientos negativos hacia los demás como resentimiento, envidia, rabia y sentimientos negativos hacia ti mismo, como frustración, tristeza etc.. Ten en cuenta que ninguna de estas emociones te ayuda sino todo lo contrario.


Eres un ser único e irrepetible, no eres ni mejor ni peor que los otros, simplemente eres tú mismo/a con tus cualidades y con tus defectos.
Valóralo y tenlo en cuenta de hoy en adelante.


¿Te interesarían nuevos post sobre esta temática con tips, claves, etc.. que ayuden a mejorar tu autoestima?

Te invito a dejar un comentario y a compartir lo que desees. Hasta pronto!



Alicia Camacho. Psicóloga.

Santa Cruz de Tenerife. Contacto: ayudatepsicologia@gmail.com


lunes, 25 de febrero de 2019

¿Qué te impide expresar lo que sientes?



¿QUÉ TE IMPIDE  EXPRESAR LO QUE SIENTES?


¿Por qué es bueno expresar tus emociones? Hoy día estamos más acostumbrados y le damos más importancia al acto de defendernos, demandar lo que creemos que merecemos, reclamamos constantemente estoy y aquello, criticamos, cuestionamos, nos quejamos, etc… pero a muchas personas les cuesta profundamente expresar lo que siente de forma natural, expresar sus sentimientos de una forma adecuada y sana para con sí mismos y con los demás, tanto sin son emociones positivas como negativas.

Cuando las personas tienen la capacidad o han adquirido la habilidad de expresar sus emociones honestamente, tienen unos niveles de autoestima más elevados, se tienen en cuenta, se respetan, se analizan, se valoran, etc…

Poseer y desarrollar la habilidad de expresar lo que sientes te va a permitir sentirte mejor contigo mismo y mejorar tus relaciones interpersonales.

Desde hace mucho tiempo y a través de nuestra educación, nuestro entorno, nuestra cultura se nos han transmitido ideas erróneas, convicciones, creencias que nos han calado profundamente y que seguimos manteniendo a pesar del daño que nos provocan como:

“los niños/hombres no lloran” “hay que ser humildes con los halagos” “hay que darse cuenta de las necesidades y deseos de los demás, incluso antes de que te lo cuenten (leer la mente…)”a la gente no le gusta escuchar que uno se encuentra mal, así que es mejor guardárselo” “mostrar sentimientos y emociones a los demás es mostrar debilidad”, etc…

Como se puede entender muchos de estos supuestos no son racionales, objetivos ni válidos, y atentan contra nuestros derechos personales y nuestro bienestar. Mantenerlos sólo nos causará daño y sufrimiento, por tanto, el primer paso será ir flexibilizando y cambiando estas creencias por otras más adaptativas que nos ayuden y nos hagan sentir mejor.

A continuación te dejo una serie de consejos, tips o trucos para ayudarte de aquí en adelante a expresar tus sentimientos de una forma más honesta y efectiva. Ponlos en práctica para tu mejora y ayúdate.

  • Acostúmbrate a añadir expresiones del tipo: “me gusta”… o “no me gusta”…. “quiero…” “me siento…”, etc… a tus frases ya que así estarás teniendo en cuenta tus sentimientos y emociones que es lo que deseas.

  • Comprueba a través de una pregunta el significado o los sentimientos que pueden estar detrás de los comentarios que te hacen las personas que te rodean (practica la empatía, y ponla en práctica utilizando y potenciando tu inteligencia emocional). Pregunta cosas como:

¿Puede ser que te sientas criticado, enfadado, triste, etc… cuando te dije…….?
¿Qué sentiste cuando te dije esto o aquello..?
¿Qué sientes cuando piensas eso o con eso que te está pasando?

Es muy importante que trabajes y empieces a esforzarte en entender que sientes tu y los otros, entendiendo y preguntando por qué piensas o  como piensa cada uno, que puedes estar sintiendo, pensando tu o la otra persona, etc… Sin este trabajo personal es muy difícil que seas capaz primero de poner nombre a las emociones e identificarlas y luego poder expresarlas adecuadamente.

  • Intenta aclarar y expresar lo que sientes en el justo momento en que ocurra y empieces a sentir cualquier emoción. Aclara cualquier situación confusa que estés viviendo y donde te estés sintiendo por ejemplo “enfadado/a” “sorprendido/a” “alarmado/a” “confuso/a”, es mejor aclarar la situación en el momento preguntando, hablando o aclarando que guardarte esos sentimientos, ya que si lo expresas en el mismo momento no tendrás malestar acumulado que te pese posteriormente.
¿para qué te sirve guardar sentimientos de enfado, ira, resentimiento, duda, desconcierto, frustración, etc…? ¿no sería más sano aclararlo, expresarlo, trabajarlo y seguir adelante…?

  • Ten en cuenta que es muy importante y es más fácil expresar emociones positivas, agradables y reforzar a los demás haciéndoles saber que algo te ha gustado, te ha agradado, hacer saber a los demás cuanto le quieres, aprecias, etc… y no siempre expresar lo negativo.
Aquí el trabajo no es otro, que empezar a comunicarlo porque: ¿creemos que son las personas con las que nos relacionamos las que “tienen que adivinar lo que sentimos”? ¿creemos que los otros como nos conocen, “deberían saber lo que pensamos o sentimos”? ¿realmente es racional poner el peso en “las dotes adivinatorios de las personas con las que nos relacionamos….”?

Lo realmente importante aquí es que; si no comunicamos lo que sentimos por los otros, lo que nos ha gustado, lo que nos molesta, lo que nos perturba, es nuestra responsabilidad que el otro no lo sepa, ya que atender al poder de la lectura de la mente y de los sentimientos por parte de los otros, es un asunto perdido de ante mano y carece de toda lógica.

  • En los momentos donde la escalada y la intensidad de las emociones es muy intensa, como cuando sientes mucho enfado o ira, interioriza y memoriza esto para ponerlo en práctica:

“Estoy enfadado porque…..”
“Me gustaría que….”

Si tienes ya preparadas estas frases con estas expresiones para tus momentos críticos, tu reacción será diferente.

  • Cuida tu comunicación no verbal, analízala, obsérvate, fíjate a la par que dices o expresas lo que sientes, corrigiendo a la vez lo que sea necesario, con el objetivo de mantener tu estado emocional bajo control. Es deseable expresar lo que uno siente pero hay que cuidar las formas al hacerlo.

  • Por último ten en cuenta que para llegar a tener una buena y óptima expresión de tus emociones y sentimientos tienes que incluir:
Tus necesidades
Deseos
Tener en cuenta tus derechos.
Y cómo te afecta las distintas situaciones y como te repercuten.

Lo que no debe incluir por tantos son:

Demasiados reproches.
Intensiones de herir a los demás
Autocompasión….

En definitiva hacer un buen uso de la expresión emocional es lo más deseable y adecuado a nivel personal e interpersonal.


“No permitir que los demás sepan lo que pensamos y sentimos, es tan poco considerado como no escuchar los pensamientos y sentimientos de los otros”
(P.Jakubowski)


Espero y deseo te haya sido de tu ayuda y lo pongas en práctica.


Te invito a compartir con quién lo desees y comentar lo que creas que pueda ayudar y aportar a los demás. Gracias!

Si te ha gustado este artículo y quieres ser el primero en recibir cada publicación nueva directamente en tu correo electrónico, Suscríbete al blog en la barra de la derecha!


Un saludo, gracias por leerme y hasta pronto!

Alicia Camacho. Psicóloga.
Santa Cruz de Tenerife.



jueves, 10 de enero de 2019

La Dependencia Emocional ¿Sufres adicción al amor?




La Dependencia Emocional ¿Sufres adicción al amor?


La dependencia emocional es una problemática que se manifiesta principalmente en las relaciones de pareja, donde existe una “necesidad extrema” de carácter “afectivo” (necesidad de afecto y de ser queridos) que una persona siente hacia su pareja en una determinada relación o a lo largo de sus diferentes relaciones afectivas.

Como en todas las problemáticas emocionales existen diferencias de grados en cuanto a su severidad, siendo el caso que voy a exponer el característico de una dependencia emocional más extrema.

Las relaciones con dependencia emocional se caracterizan por un marcado desequilibrio, ser inestables y destructivas, donde el dependiente se somete, idealiza, magnifica a su pareja, se siente incapaz de dejar la relación, presenta un miedo a la soledad muy intenso y pánico a la ruptura.


¿Cuáles serían las características clínicas y principales de los dependientes emocionales?


El dependiente emocional vive su relación en exclusividad, presentando sólo necesidad del otro, viviendo por y para el.
Su pareja es su prioridad  incluso muchas veces por encima de su familia, amigos, hijos, etc…
Presenta una necesidad continua de estar en contacto con su pareja, sms, llamadas, contacto, etc…
Al principio de todas sus relaciones se produce la “ilusión constante” donde solo se valora lo positivo, no hay presencia de defecto alguno en el otro, estas posibles parejas se ven como interesantes adornadas de una euforia desmedida y de un profundo autoengaño.
Se produce la idealización del compañero, es magnífico, especial, único, grandioso, se admira sin objetividad.
En el transcurso de la relación se produce en el dependiente la anulación y subordinación, siendo esto un medio para preservar la relación a toda costa, produciéndose una relación asimétrica y desequilibrada.
Relación donde no se es feliz y no hay bienestar, ya que lo que principalmente falla en el dependiente es el quererse a sí mismo/a.
Se producen continuos intentos de reanudar la relación por el pánico a la ruptura.
Presencia de una sucesión ininterrumpida de parejas, una tras otra, presentando solo entre estas, relaciones de transición sin importancia para el dependiente.
Miedo terrible a la soledad. “lo que más temo es estar y quedarme solo/a”.
Necesidad de aprobación de los demás.
Presencia de cierto déficit de asertividad y habilidades sociales.

A nivel personal el dependiente emocional sufre y acusa una autoestima muy deteriorada, donde paradójicamente no se echa en falta el cariño y el afecto de la pareja porque tampoco se siente por uno mismo/a.

Los dependientes emocionales puedes llegar a presentar de forma paralela diferentes problemas emocionales como pueden ser tristeza profunda, preocupaciones, problemas de ansiedad, pensamientos recurrentes sobre futuros abandonos, miedo a la soledad, en definitiva problemas del estado de ánimo, trastornos de ansiedad y en algunos casos problemas de consumo de sustancias.

Detrás del "te quiero" del dependiente emocional está el “te necesito”  





Pautas para superar la dependencia emocional.

Lo primero que se ha de trabajar el dependiente emocional, siendo lo más importante y urgente es la Autoestima. Aprende y trabajar para quererse tal y como eres, valorándote, respetarte, etc... Trabajar la necesidad de sentirse queridos y no sólo a nivel de pareja.
Trabajar su asertividad y habilidades sociales. Este trabajo siempre va a ir aparejado y de la mano con el de mejora de la autoestima. Respetar tus derechos asertivos, aprender a comunicarte de forma eficaz, adquirir habilidades y herramientas que te permitan mejorar las relaciones con tus iguales y contigo mismo/a.
Aprender a superar “el síndrome de abstinencia” que se produce tras la ruptura de pareja, autoprohibición de comunicación, etc… como trabajamos en otras adicciones, desintoxicación en este caso “de tu pareja” “sin consumo de ella”, aguantar “el no buscar” “el no saber”, etc..
Aprender a superar el miedo a estar solos y a la ruptura, planteándonos, trabajando y potenciando momentos donde estemos a solas con nosotros mismos, en nuestra mejor compañía, disfrutar de ti mismo/a, crecer personalmente, cultivar y cuidar nuestro cuerpo y nuestra mente, pensar e ir en búsqueda de lo que te ilusiona, tener metas, proyectos y aficiones propias.
Tomar conciencia, identificar y modificar los pensamientos y creencias distorsionadas y disfuncionales sobre el amor, las relaciones afectivas, la pareja, etc.. y convertirlos en pensamientos más racionales y objetivos que ayuden y aporten a tu bienestar. (Trabajo cognitivo).
Intervención para lograr cambios a nivel conductual en la manera de relacionarte con los demás.
Tomar tus propias decisiones, atreverte a salir de tu espacio y zona conocida, no actuar con miedo a equivocarte sino con decisión.
No perder tu propia identidad, ser fiel a ti mismo/a, auténtico y único porque lo eres, piensa que cada persona tienes sus propios gustos, aficiones y metas. Trabaja por descubrirlas y reencontrarte con ellas.
Aprender a analizar y estudiar las relaciones de pareja sanas. Estudiar que tipo de relaciones has tenido, cuales son sus características, que es lo que quieres y que es lo que no estás dispuesto a permitir en tus futuras relaciones.

Contesta y trabaja sobre ¿qué es el equilibrio en la pareja y cómo es una relación equilibrada? ¿tu relación ha sido o es recíproca e igualitaria? ¿hay respeto, comunicación adecuada, gratificaciones, afecto, pasión y aceptación mutua? ¿compartís valores vitales, tiempo de calidad, apoyo y ayuda para el crecimiento personal y de la pareja? ¿escuchas y te escuchan, te expresas con libertad, te diviertes y negocias con tu pareja de forma adecuada? ¿se tienen en cuenta tus necesidades propias y las de la pareja dentro de la relación?

Estas serían sólo algunas de las preguntas y de las cuestiones que has de analizar, trabajar y tener en cuenta siempre, para que junto con tu trabajo personal de mejora y crecimiento te ayuden a poder vivenciar relaciones más sanas en el futuro.


“Depender de la persona que se ama es una manera de enterrarse en vida, un acto de automutilación psicológica donde al amor propio, el autorrespeto y la esencia de uno mismo son ofrendados y regalados irracionalmente”
Walter Riso.

Si te ha gustado este artículo y te gustaría ser el primero/a en recibir mis próximos post, suscríbete al blog en la barra de la derecha y los recibirás en tu correo. Te animo a compartir y enviar a quién creas que pueda ayudar y hacer un comentario ahora si lo deseas.

Muchas gracias por leerme. Hasta la próxima!

Alicia Camacho, Psicóloga.
    Santa Cruz de Tenerife.

ayudatepsicologia@gmail.com